Liwa Mairin
Los héroes del abismo surcan las aguas aferrados a sus precarios tanques de buceo y el arrojo de la necesidad. En soledad. Diez horas, a más de cien pies. Arrastrando su miseria por la pradera submarina. Alcohol y marihuana para mitigar los dolores de la enfermedad. Crack para el miedo controlar. En tierra, las madres lloran por sus hijos devorados por la corriente, por sus vástagos presos del mal de las profundidades
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